martes, 25 de enero de 2011

Chiquitita

Chiquitita, así era yo, y todos en algún momento de nuestra vida. Aunque queríamos disimular nuestras ilusiones pensamientos, y sentimientos, eso era imposible. Porque éramos como flores floreciendo, soñando en las estrellas que viven en lo más alto de nuestras cabezas, en el gran cielo de zafiros azules.
En la zarza la disimulación de aquellos era más que imposible, los olores veraniegos de pueblo, el ambiente y la emoción eran los actores principales de la opera de mi mes del corto y esperado agosto. Ahora que ya soy menos chiquitita, pensaba que esto con viaria rodando, pero me equivocaba, la ilusión de estar en el pueblo con los míos, es la misma de siempre aumentada en los números mas infinitos que podamos llegar a cultivar en nuestra amplia imaginación.

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