martes, 14 de diciembre de 2010

¡Rapido!

Pitillos ajustados, camiseta puesta, zapatos, cepillo en mano, peinándome.  Corriendo abajo a almorzar, casi sin tiempo. Todos me esperaban en la plaza. Si, uno de los momentos preferidos del año había llegado, San Lorenzo nos llamaba. No podíamos hacer nada, era inevitable teníamos que acudir a su llamada de fiesta. Todo el pueblo unido y junto. Diferentes peñas pero todos con la misma idea: disfrutar y pasarlo tan bien como podamos y más. ¿No creéis? ¿Qué opináis? ¿No habéis pensado nunca esto? ¿O soy yo la única?

1 comentario:

  1. Imagino, Marina, al leer lo que escribes -y invito a imaginar- una levadura especial con la que, habidos ciertos ingredientes, estos quedaran amasados a lo grande debido a una especial cocción.

    Los ingredientes: unos distintos, otros lo mismo. Distintas peñas, como corresponde a la diversidad. Una idea, que se corresponde con el disfrute, con pasarlo lo mejor posible juntos, todo un pueblo.

    Imagina, por efecto de esta levadura algo escasa, lo más grande que tenemos: nuestro mundo, donde naciones toman el relevo a las peñas con una misma idea que busca celebrar lo bien que se podría llegar a estar.

    Nos falta el lugar de la cocción, que lo hallamos en corazones como el tuyo, Marina.

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