lunes, 11 de julio de 2011

Remordimientos



El aire me rozaba la piel con delicadeza extravagante. La calle estaba vacía como de costumbre en aquellas horas de la noche. La niebla era demasiado presente provocando un velo en el ambiente peculiar. Las manos me temblaban con pausas nada espaciadas, mi mente no paraba quieta en una idea clara y constante. Mis ojos no sabían dónde mirar, esa imagen impactaba como fuertes golpes en el espíritu. Tenía que hacer algo, tenía que reaccionar inmediatamente, si no mi conciencia no podría descansar nunca más con tranquilidad. Mi corazón y pensamientos, no se ponía de acuerdo, era plenamente una locura. Un paso, pocos segundos, incertidumbre, silencio y gritos. ¿Y si todo lo que yo me esperaba de mí misma era todo mentira? ¿Y si resultaba ser una miserable cobarde? ¿Y  si solo era una espectadora de la vida de los demás? Aquel ruido pactó el fin de mis discusiones interiores. El charco de sangre de aquella pobre mujer lo dijo todo. Hice media vuelta y nunca más mi conciencia ha descansado tranquila..

No hay comentarios:

Publicar un comentario